En lo profundo de la Amazonía brasileña, el río Iriri fluye salvaje y cristalino a través de uno de los mayores bloques de selva protegida del planeta. Kendjam Lodge se encuentra en el centro de esta vasta región, dentro del Territorio Indígena Kayapó — parte de un corredor forestal continuo de más de 300.000 km². Esto es más grande que el Reino Unido, más que Italia y casi el doble del tamaño de Florida.
Aquí, el río recorre 1.300 km sin una sola carretera ni asentamiento en sus orillas. Es un ecosistema tan prístino como extenso — y los pescadores tienen el privilegio de explorarlo con total exclusividad.
Una alianza que protege
Kendjam se gestiona en colaboración con el pueblo Kayapó, cuyo cuidado de la selva es tan antiguo como el propio río. Al pescar aquí, cada visitante apoya directamente la conservación liderada por indígenas, asegurando la protección de millones de hectáreas contra amenazas como la minería y la deforestación.
Un paraíso multiespecies
Aguas cristalinas y hábitats diversos permiten que prosperen muchas especies aquí:
- Matrinxã — luchadora y de superficie.
-Tucunaré — agresivo y territorial.
-Bicuda — ataques extremadamente veloces.
-Pacú y más — cada uno con su reto único en la pesca con mosca.
Por qué Kendjam es diferente
Este no es un destino de una sola especie. Cada día ofrece aguas distintas, estructuras diferentes y nuevos desafíos — desde lances a pez visto con mosca seca hasta el uso de streamers en corrientes profundas.
Pesca en el gigante protegido
Al adentrarte en el Iriri, pescas en un auténtico museo vivo de biodiversidad — un lugar que existe así solo porque está protegido, es remoto y valorado.